Chinchillas

Este simpático animal pertenece a la familia de los roedores, en concreto podemos clasificarlos como roedor de tamaño mediano herbívoro fermentador originario de los Andes.  Su esperanza de vida, es elevada para tratarse de un roedor, llegando hasta los 18 años.
A la hora de preparar su alojamiento debemos saber que viven en grupos, son activos, saltarines y excavadores acostumbrados a vivir en las grietas de las rocas o madrigueras; necesitamos jaulas amplias, con diferentes niveles, evitando los barrotes de madera, puesto que son grandes mordedores, y proporcionarles estantes, juguetes, ramas de madera,… para evitar que se  aburran y favorecer el ejercicio. En el suelo de la jaula debemos disponer de un “refugio” para que nuestras chinchillas puedan esconderse.
Es necesario colocar una “bañera de arena” en la jaula unas 3 o 4 veces por semana para su aseo y acicalamiento. Cuando decimos la palabra “arena” no nos referimos ni a arena de la playa ni tierra del parque, sino los preparados comerciales que existen de arena de sílice o cenizas volcánicas por ejemplo. Estos baños son los que hacen que nuestro animal tenga ese pelaje tan suave y espeso que les caracteriza.
  
La alimentación, como herbívoros fermentadores que son, debemos basarla en una dieta rica en fibra que aunque no sea la natural de ellos (son hierbas, frutos de cactus, cortezas,...) se acerque todo lo posible; como base de la dieta debemos suministrar heno de buena calidad (heno de alfalfa, heno de pasto,…), ya que no sólo favorece el transito intestinal, además es esencial para mantener los dientes y muelas de nuestra mascota sanos y en correcto crecimiento, porque no olvidéis que las chinchillas tiene un crecimiento continúo de todas sus piezas dentales.
Los preparados comerciales en forma de pellets deben complementar la dieta, suministrándolos en pequeñas cantidades todos los días. No es recomendable ponerles mixturas ya que tienden a comerse sólo lo que mas les gusta, que suele corresponderse con lo más graso y menos nutritivo, llegando a provocar problemas de obesidad, gastrointestinales,…
En cuanto a las frutas y las verduras podemos añadirlas como premio varios días a la semana pero no superando nunca más del 5% de su dieta y siempre teniendo conocimiento de los vegetales y frutas que no sean nocivos para nuestra mascota.
Un apunte importante, el pan duro NO forma parte de la alimentación de los herbívoros estrictos, como nuestra chinchilla ni es necesario para que se limen los dientes, para ello disponemos de henos de distinta dureza y de multitud de juguetes de madera en el mercado para realizar dicha función.
Una vez que ya conocemos lo básico sobre la alimentación y el alojamiento de nuestra chinchilla no olvidéis que para saber más sobre sus enfermedades y cuidados podéis dirigiros a vuestro veterinario, quien os ayudará a que vuestra mascota esté siempre sana y saludable.


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