Las iguanas, como reptiles que son, son animales poiquilotermos o de sangre fría, es decir, que no son capaces de regular su temperatura corporal, por lo que dependen de la temperatura ambiente para sobrevivir. Son animales arborícolas, es decir, les gusta subir y trepar a los árboles; además son principalmente vegetarianos, aunque en su etapa más juvenil se alimentan también de productos de origen animal.
Todo esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de adquirir una iguana como animal de compañía, ya que el precio de la iguana suele ser bajo, mientras que el precio de las instalaciones que necesita, suele ser elevado, y esto es un detalle desconocido por muchos futuros propietarios. Para que una iguana viva sana y durante muchos años, tenemos que proporcionarle las condiciones ambientales y alimentarias adecuadas, que deben parecerse al máximo a las que tienen en su hábitat natural.
Instalaciones: nuestra iguana, en estado adulto, puede llegar a alcanzar 1,5 m de longitud y hasta 3 kg de peso, por lo que el tamaño del terrario donde la alojemos debe adecuarse a estas dimensiones. Dado que les gusta trepar (vida vertical) el terrario debe ser más alto que ancho y debemos poner troncos de árboles para que puedan subir.
La temperatura a la que deben estar es de 27-32ºC de día, y de 20-25ºC de noche. Debe existir un gradiente de temperatura en el terrario, es decir la zona más cálida debe estar en la parte superior (ya que en libertad el calor les viene del sol) mientras que la zona más fría en la inferior. Para aportarles calor la mejor manera es mediante bombillas cerámicas, bien protegidas, para que el animal no puede quemarse con ellas. La temperatura debemos medirla con un termómetro y controlarla con un termostato.
Otro parámetro a vigilar es la humedad, que debe estar entre 60-95 % (los valores más altos de noche y los más bajos de día). Para mantenerla debemos poner un recipiente grande con agua, que además le puede servir para bañarse y nadar, aunque también podemos utilizar pulverizadores manuales o sistema de lluvia artificial. La humedad la controlamos con un higrómetro.
Igualmente importante es la iluminación; tenemos que marcarles ciclos de luz día/noche y además la luz debe aportarles rayos ultravioletas, sobre todo B, imprescindible para el metabolismo de la vitamina D3 en nuestro reptil. Para ello debemos usar tubos fluorescentes especiales, que además de luz, aporten UVB y renovarlos cada 6 meses, ya que en ese tiempo, aunque sigan dando luz, pierden los UV. Otra opción (la mejor) es que nuestro saurio tome baños de sol directo.
Lo último a tener en cuenta es el sustrato para el fondo de nuestro terrario. Existen diversas opciones:
-papel de periódico: higiénico,, aunque poco atractivo; es el mejor para tratar enfermedades.
,-césped artificial: debe ser de pelo corto y cambiarlo a menudo; si es ingerido puede ocasionar problemas digestivos.
-cortezas vegetales: deben ser de un tamaño lo suficientemente grande para evitar que puedan ser ingeridos por nuestro animal.
Alimentación: en cuanto a la alimentación hay que destacar que son animales herbívoros (aunque en su etapa juvenil pueden ingerir algún alimento de origen animal). En su etapa adulta comen exclusivamente alimentos de origen vegetal y se alimentan tanto de hojas como de brotes, raíces, frutos y flores. Para mantener a nuestro reptil con un buen estado de salud tenemos que saber que sus niveles de Calcio/Fósforo en sangre deben ser 2/1. Esto es importante porque si no es así, nuestra iguana puede padecer una de las enfermedades más comunes en ellos, que es la llamada enfermedad ósea metabólica, la cual cursa con fracturas y deformidades en los huesos, que pueden acabar con la vida del animal.
Para prevenirla es necesario aportarles vegetales cuya proporción de Calcio/Fósforo sea adecuada; por ejemplo, la lechuga es un vegetal que a nuestra iguana le encanta pero que sin embargo contiene unos niveles Ca/P en una proporción inversa a la deseada. También hay que tener en cuenta que la proporción de estos minerales varía según la parte de la planta en cuestión. Por ejemplo, las hojas de color verde oscuro en la berza contienen un ratio Ca/P de 6/1, mientras que en las de color verde claro baja a 1,4/1. Los nabicoles tienen en sus hojas una proporción de 4,2/1 mientras que en sus flores amarillas baja a 0,5/1. También hay que tener en cuenta que plantas como las espinacas, aunque tienen una buen proporción Ca/P, contienen muchos oxalatos, que pueden llegar a afectar a el tiroides o los riñones. En definitiva, hay que proporcionarles una dieta variada en vegetales y que esté equilibrada.
Una dieta equilibrada y completa para nuestra iguana sería la compuesta por:
· 60-65 % vegetales de hoja (diente de león, lechuga romana, endibia, escarola, achicoria, berros, espinaca, col rizada, coles de Bruselas, col china, brécol, acelgas, nabicoles).
· 15 % otros vegetales (calabacín, zanahoria, cardo, tomate, coliflor, calabaza, pimientos, apio, puerro, cebolla, pepino, espárrago, perejil, rábano, guisantes, judías verdes).
· 15 % fruta fresca (frutas del bosque, melón papaya, mango, sandía, plátano, higo, kiwi, cereza, melocotón, mandarina, albaricoque, manzana, pera, piña, caqui, ciruela).
· en pequeños porcentajes semillas germinadas (brotes de soja, alfalfa, berro, de diente de león, de lentejas, de alubias).
· en muy pequeño porcentaje alimentos de origen animal, cuando son jóvenes (grillos, lombrices, larvas de insectos, huevo duro).
Para terminar de hablar de la alimentación hay que tener en cuenta que hay muchas plantas que son tóxicas para nuestra iguana y algunas las encontramos fácilmente en nuestro jardín o balcón. Algunos ejemplos son: laurel, aguacate (hojas), dalia, jazmín, clavel, altramuz, adelfa, patata (hojas y brotes), tomate (hojas y brotes), rododendro, flor de pascua, romero, salvia, tulipán.
Comportamiento: cabe mencionar que, si se acostumbran desde pequeñas a la manipulación, serán animales sociables, que no atacarán, y que se mostrarán tranquilos en presencia humana, pero si no es así pueden morder, arañar y dar latigazos con la cola. Además son animales territoriales que pueden mostrarse muy agresivas con otros congéneres ajenos a su terrario. Por último, una curiosidad: son capaces de desprender su cola en situaciones de peligro, aunque después volverán a regenerarla, eso sí, con otro color y aspecto.